Friday, April 8, 2016

La Depresión


Pocas cosas me deprimen más que no poder hacer algo cuando lo quiero hacer. A ver si me explico... una cosa es no hacer algo que queríamos porque al final nos dio fiaca, o porque lo vamos dilatando vaya uno a saber por qué, y otra muy distinta es no hacer algo por no tener con quién. Podemos planear un montón de cosas, y muchas de ellas podemos hacerlas solos. Quizás todas. Pero hay algunas más fáciles de hacer solos. Y hay otras para las que necesitamos la compañía de alguien. Seguramente podríamos encararlas solos, pero preferimos no. O nos da miedo. Da igual. Porque la consecuencia de eso es que terminamos sin hacer nada. Y es muy triste.

¿Nunca te pasó que querés estar en otro lugar? De repente te cae la ficha de que querés estar en otro lado y no estás porque te da cosa ir solo. Entonces pensás que podrías estar ahora en un bar, escuchando buena música, tomándote unos tragos... ¿por qué no te animás a ir solo? ¿Hay algo de malo? Creo que no. Simplemente vergüenza. Si si... algo así como timidez social. La clave quizás sea pensar en que estás de viaje en un país extranjero, y listo! Problema solucionado. Porque estando de viaje probablemente no tendrías ningún problema en ir a un bar solo. Y acá si. Como si alguien fuese a pensar algo... no sé. Quizás habría que poner en práctica eso de salir de la zona de confort, y cada tanto hacer eso. Podría ser al menos una vez por mes o empezar por algo. Y por más que suene forzado, no lo sería, porque al final lo disfrutarías, y mucho. O al menos te sacarías la duda. Además está bueno eso de salir de la zona de confort. Hacer cosas que, si no nos obligáramos, no haríamos. Porque abre ventanas y puertas a otros lados. Porque nunca sabemos dónde, cómo, ni con quién podemos terminar. Y la noche (o tarde, o lo que sea) puede terminar bien o no. Pero mi poca experiencia en el tema me dice que al menos sentir un poco de aire fresco y renovador en la cara, hace bien. Y puede no ser la mejor salida, pero valdrá la pena el intento.

En fin... la depresión. Para mi hoy y ahora es esto. Es no poder darme gustos que tan fácilmente podría. Porque no tengo a quién culpar más que a mi. Y ahí está el truco. Si yo soy la única responsable/culpable del asunto, qué hago que no estoy haciendo nada para revertirlo? Y eso trae más depresión. Y caes en un círculo vicioso. Y nos encerramos en una pequeña burbuja, cómoda e incómoda a la vez. Donde por momentos estamos bien, y por otros mal. Donde es muy fácil entrar y muy difícil salir. Por eso una vez descubierta la razón de la depresión, hay que hacer hasta lo imposible para salir de ella. Solos, acompañados, con terapia, con lo que sea. Concientizarlo y salir. Y después hacer todo lo que esté a nuestro alcance para no volver a caer ahí adentro. Es un círculo peligrosísimo. Porque cuando nos damos cuenta de que incomoda, ya es tarde.

Y para terminar, dejo una frase de mi abuela que adopté hace años como frase de cabecera para todos los aspectos de mi vida: "Si no hay solución, no hay problema". Y como esto hoy si tiene solución... pues a solucionarlo.

Thursday, March 10, 2016

Las lágrimas


Ayer lloré. Hoy también. Creo que estoy llorando mucho últimamente. Pero está bien. Siempre me gustó llorar. Es una muy buena manera de descargar. Por eso me encanta. Porque salen muchas cosas que hay adentro o se refleja el estado de ánimo, consciente o inconscienfe, del momento. Para bien, o para mal. Digo... alegre, o triste. Porque hay lágrimas para todo. Muy distinta una de la otra. En cuanto a su forma, su intensidad o su significado.

Las de ayer eran de desconsuelo. Pero no en su sentido más dramático. Sino de esas que aparecen en cualquier momento y no necesariamente se relacionan con lo que estamos haciendo o pensando. Es más, cuesta a veces darse cuenta el motivo por el que aparecen. Pero ahondando en el tema, siempre solemos llegar a la causa, que suele ser algún evento desafortunado de la vida personal.

Y las hermanas mellizas de estas son las de resignación. Obviamemte no siempre vienen juntas. Pero cuando ese motivo toma claridad, y nos damos cuenta de que no tiene solución (si es que no la tuviera), las lágrimas mutan.

También están las lágrimas de emoción. Esas son más fáciles de distinguir. Suelen aparecer en casamietos, discursos en cumpleaños de algún viejo querido, recibidas (?), nacimientos... en fin: ese tipo de eventos sociales que involucran un acontecimiento importante en la vida de alguien que queremos mucho. A veces da vergüenza porque no es para tanto. Pero no hay nada que podamos hacer para retenerlas. Ya salieron. Están ahí.

Dentro de las compartidas están también las de empatía. Esos momentos en los que nos encontramos con ojos vidriados simplemente porque alguien está llorando. No es algo que nos afecta. Quizás sea algo que no entendemos. Incluso podemos hasta no estar de acuerdo. Pero nada de eso importa. Porque dejamos de ser nosotros para ser el otro. Y listo. Ojos vidriados y lágrimas deslizandose por nuestras mejillas que ya no son nuestras.

Están las de tristeza, que son, por ejemplo, cuando lloramos a alguien que ya no está más. Estas van acompañadas de cierta nostalgia y muchos recuerdos. De alguna manera son lindas. Porque los recuerdos suelen ser lindos. Sino no estaríamos llorando.

En otro nivel están las de velocidad y las del viento. Parecen las mismas, pero no lo son. Bah... a veces coinciden. Pero no siempre. Me imagino andando en bicicleta sin anteojos. Esas son de velocidad. Si o si. Y probablemente también haya viento. Pero después me imgino por el río en un día ventoso. Y esas son las de viento. Pero ahí si que no hay velocidad. De todas maneras, pueden ser buenas o malas dependiendo de nuestro humor, pero siempre son incontrolables. Aunque por suerte se limitan a las gotas cayendo y nada más. No hay sollozo, no hay ruido, no hay nada.

Existen unas que son de no-sé-por-qué u otra cosa. Esas si que nos sorprenden porque además pueden ir mutando. Suelen dispararse por una cosa, pero en el fondo sabemos que vienen de otro lado. Quizás empiezan como si fueran de desconsuelo. Pero en cuanto empezamos a querer ver de dónde vienen, y no encontramos la razón, pueden convertirse de a poco en lágrimas de desconcierto y terminar siendo de risa . Risa de nosotros mismos por la situación.
  
Pero estas no son las de reirnos tanto. Esas son geniales. Cuando de tanto reir, primero te empiezan a doler los músculos de la cara. Se desfigura toda. Te empezás a quedar sin aire y te duele la panza de tanto comprimirse el disfragma. Y de repente se llenan de lágrimas los ojos. Y eso te da más risa. Que a su vez trae más lágrimas. Y llega un punto en que el cuerpo confunde las cosas y empezás a llorar, pero de llanto. Con ruido fuerte. Y te tentás más porque estás llorando. Y eso te hace seguir llorando de risa. Y ahora si que tu cara está totalmente desfigurada. Y roja. Y es casi casi imposible salir de esa situación. O al menos eso parece en el momento: que no va a terminar nunca. Es una situación cíclica. Tratás de ponerte serio y no podés. Pero de a poco todo va volviendo a la normalidad.

Muchas veces las lágrimas corresponden a una de estas categorías. Pero también pasa que corresponden a varias. No solamente porque muten. Sino al mismo tiempo. Y eso es lo genial de las lágrimas. Son como emociones materializadas. Y todos sabemos que las emociones no suelen ser muy ordenadas. Incluso en los mejores momentos.

¿Será que soy tan visual que me gusta pensar que las emociones se materializan? ¿O que a veces necesito entender de alguna manera cómo es que hay tanta agua saliendo por mis ojos? Porque a veces es incontrolable, y pasan los minutos, y seguimos llorando... ¿cómo puede ser? Físicamente me refiero... ¿Qué son las lágrimas? Pues eso... emociones materializadas. Y como el ser humano es puras emociones, las lágrimas no tienen fin.

Tuesday, September 15, 2015

La Sinceridad (extrema)



Toda la vida (o casi) pensé que no estaba mal que el grado de sinceridad de uno dependiera de la situación. O sea.... que las mentiras piadosas valen. Pero no sólo eso, sino que a veces está bien no decir toda la verdad. Porque algo de misterio hay que guardar. ¿O no? Bueno... yo siempre pensé y fui así. Quizás estaba tan convencida, que me cebé con el tema y a lo mejor se me fue un poco de las manos.

Cuando era chica (o adolescente) mis amigas siempre me decían que era misteriosa. Más que misteriosa, yo pienso que era introvertida, y que no me gustaba mucho hablar de mi y menos de mis sentimientos. Son pocas las que podían leerme y saber cómo me sentía realmente en determinadas situaciones. Pero con el tiempo aprendí. O creo que lo hice. O al menos lo intento.

El problema ahora es que siento que a veces me voy del otro lado. Del lado de la sinceridad extrema. Y en el fondo no creo que esté mal. Pero sí pienso que la mayoría de la gente no está acostumbrada a escuchar comentarios o pensamientos o sentimientos 100% sinceros. Y a veces me da pena. Porque yo me siento bien cuando soy tan sincera. Y me gustaría sentir que del otro lado pasa lo mismo. Y la mayoría de las veces no me pasa. Y no quiero que eso haga que deje de ser tan sincera. Pero también siento que tengo que adaptarme. Un poco triste. De hecho estoy triste por eso. Porque me gusta ser sincera cuando siento que tengo que serlo. Y me mata cuando esquivan mis palabras.

To be or not to be. Ser o no ser (sincera). That is the question.

Saturday, September 5, 2015

El autoaislamiento



Mientras que espero en casa a que lleguen mis amigos para festejar mi cumpleaños, reflexiono. Reflexiono sobre las amistades y las relaciones. Y sobre como uno va generando alejamientos o acercamientos con las distintas decisiones que va tomando con el tiempo. Y eso no quiere decir que uno elija acercarse o alejarse. Simplemente que todas las decisiones que tomamos repercuten en el resto de nuestras vidas. Algo así como el efecto mariposa. Pero distinto.

Y pienso que con el tiempo, fui tomando decisiones que me fueron alejando de alguna manera de todo mi mundo social. Quizás fue una mezcla de decisiones con acontecimientos externos que fueron pasando. Pero al final todo eso derivó en dónde estoy hoy. No sé si necesariamente es algo malo. Simplemente es la realidad. Una realidad que empecé a notar o a darle bola hace bastante poco. Cuando uno no genera interés en las relaciones, de a poco va pasando lo mismo viceversa. Y lo peor es que revertirlo es más difícil. Porque quiere decir que en el camino algo se desgastó.

Y acá estoy. Pensando en que me fui aislando de a poquito hasta desgastar las increíbles relaciones que tenía. En mi defensa quiero decir que todavía me quedan algunas. Pero me doy cuenta de que no es lo mismo. La idea seria empezar con un trabajito de hormiga a revertirlo. Ya veremos como.

Thursday, August 27, 2015

La Ansiedad



Dícese de el estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. Además puede ser una angustia que acompaña a algunas enfermedades, en especial a ciertas neurosis. Lindo cocktail.

¿Yo ansiosa? Puede ser... lo bueno es que lo sé, lo reconozco, y a veces trato de controlarlo. Quizás no alcance con eso. Pero para mi si. Porque siento que dentro de mi estado ansioso en su más amplio sentido, tengo cierto control. Y dentro de ese control, puedo perderlo cuando yo, supuestamente, quiero. Mi cabeza domina. O al menos lo intenta. Y mientras tanto están todas las emociones adentro girando y girando, queriendo escapar, queriendo dominar a esa cabeza, pero no es fácil. Porque ante todo soy racional y analítica. uffff.. qué fiaca que me da eso a veces. Digo.. está bueno de repente, porque analizar las cosas antes de hacerlas puede evitarnos varios dolores de cabeza. Pero a la vez, sobre analizarlas puede traernos muchos otros. Una fiaca total. ¿Dónde está el límite? hmmmmm... I wish I knew. Ahí si que sería todo mucho más fácil.

Pero como la vida no es fácil, y eso es, en parte, lo bueno.... hay que curtirse.

He tenido un millón de conversaciones inexistentes en mi cabeza. Un millón. Quizás más. Muchas, más de una vez, repitiéndolas como si eso las fuera a hacer ciertas. Como si pasaran a ser una predicción del futuro. Nunca sucedió. Cuando esas conversaciones llegan a la vida real (son la minoría), ya la segunda palabra es distinta y eso cambia todo el curso de la misma. Y ahí ya no se puede volver atrás. Porque el tiempo real es lineal.

Y volviendo a lo anterior, no sé si está tan bueno que oprima a mis emociones con mi cabeza. Porque para mi lo real es lo otro. ¿O no? Pasa que también después de casi 33 añitos de vida, una cosa que aprendí es que tampoco podemos ser pura emoción. Me encantaría. De hecho cada tanto tiro la toalla mental y decido ser 100% emocional. Pero tampoco funciona. Porque a nadie le gusta ver el mundo 100% transparente. Todos quieren ver misterio y tratar de descifrar. Aunque digan lo contrario. Y lo sé porque fui las dos cosas durante mucho tiempo: misteriosa y después transparente. Ok. Ninguna funciona. Por eso tiene que haber un equilibrio. ¿Pero dónde está? Yo no lo encuentro. Soy extremista. Lo sé.... Me canso de uno y paso automáticamente al otro lado. Además de que el misterio va teñido de manipulación. Bah... en realidad es al revés. Parte del misterio es para tapar la manipulación que hay en el fondo. ¿Manipulación para qué? No es maligna. Simplemente una sensación de que dejando ver un pequeño porcentaje de mi ser nomás, el resto quedaría librado a la imaginación del otro, y así podría ser de agrado para muchos más. ¿Hace falta? Claro que no. Y de hecho no me interesa agradarle a todo el mundo. Simplemente a una persona. Hoy sólo pido eso. Como si fuera algo muy sencillo. Pero no lo es. Porque no es una persona cualquiera. Es una persona puntual.

Siempre pensé que el amor era raro, porque no alcanza con encontrar a alguien a quién puedas amar, sino que además tiene que coincidir que esa persona tiene que encontrar lo mismo en vos. ¿Cuáles son las probabilidades de que eso suceda con tanta población mundial? Bah... se ve que para la gente en general no es tan complicado. Para mi sí. Pero eso queda para otro capítulo. Porque puedo estar años hablando del tema.

Pero la ansiedad... ni hablar... o mucho hablar. Si si... da para mucho. Nunca lo consideré ni una debilidad ni algo malo. Simplemente una condición. Pero pesa, eh... y cada vez más. Porque cuesta controlarse y no sentirse mal mientras tanto. Ayer fui al cine. Para distraerme. Necesitaba hacer algo que no fuera estar en casa pensando y con la cabeza a mil. Pero fui a ver El Principito.. jajaja.. que es justamente para pensar. Mucha reflexión. Creo que en el fondo lo hice a propósito. Y supongamos que durante el tiempo que estuve ahí, me sirvió. Pero cuando volví a casa fue como si nunca hubiese ido al cine. Así de simple. Porque las cosas no se tapan. No funciona así. Y no es que lo quería tapar. Simplemente quería no pensar por un instante. O lo que durara la película (no puedo decir que fue 100% así). El Martes en cambio fui a correr. Y mi cabeza siguió a mil. No importa. Después volví a casa, di de baja mi Facebook (para mi descanso mental) y empecé este blog (para mi descargo mental). Qué se yo. Por eso digo que soy consciente de mi ansiedad y que trato de trabajarla. Veremos... veremos si funciona.

En fin. Mi ansiedad dice que son las 6 en punto de la tarde y que es hora de dejar el laburo. Adiós.

Wednesday, August 26, 2015

Las anteojeras


Hay que reconocerse débiles y saber que podemos equivocarnos. Es decir, hay luchas que se pierden. Puede doler. Seguro. Pero no es la muerte de nadie. Está bueno apartarse un poco y respirar. Sacarse las anteojeras y abrir el espectro visual. Porque con el tiempo, sin darnos cuenta, el ángulo de las anteojeras se va cerrando más y más, y terminamos teniendo una visión tan acotada que deja de ser real. Y para contrarrestar eso, empezamos a usar la imaginación para llenar esos agujeros negros que rodean lo poquito que vemos. Y la imaginación, ya sabemos, no tiene límites. Al menos la mía. Sé que puedo empezar, y así como en un libro de "Elige tu propia aventura", volver atrás el camino que elegí (imaginar) si no me gusta, y agarrar otro. Y así no vale. Yo sé que me auto engaño. Eso es lo peor. Porque dicen que el primer paso para solucionar un problema es reconocer que uno lo tiene. Pero en este caso.... Debe ser más fácil hacerse el bóludo, mirar para otro lado, y seguir adelante. Obvio. No estoy queriendo descubrir la pólvora. Pero igual conocerse está bueno. De algo sirve. A mi me pasa que cuando sé que no voy a poder controlar mis emociones, hago algo para limitarme físicamente. Entonces no me dejo llegar al problema. No sé si esa es la solución. Creo que simplemente es un parche temporal. Pero qué se yo.... por ahora es lo máximo que puedo hacer. Y hoy lo hice una vez más. Cuando uno está obsesionado con un tema, tiene que darse cuenta y pensar. Respirar hondo, sacarse las anteojeras, y volver a elegir. Pero no con la imaginación esta vez, sino con la realidad. Aceptar, de vuelta, que las cosas no siempre salen como uno quiere. Y puede ser cliché decir que por algo pasan las cosas. De hecho lo es. Pero es tan real como cliché. Y de eso me estuve convenciendo los últimos años. Lo creo. En fin.... sé que limitarme físicamente es más escaparle al problema que otra cosa. Patearlo para adelante. Postergarlo. Pero necesito refrescar mi cabeza y no pensar en esto por unos días al menos. 7 días me propuse. Vamos de a poco. No quiero ver mas pistas, falsas o no, ni estar buscándolas constantemente. No me sirve. Y ante todo, quiero estar bien. Tengo que empezar a cuidarme un poquito. No me molesta sufrir un poco. No es eso. Pero algún día también me tiene que tocar algo de lo bueno (y que sea sincero). 7 días de vacaciones reales de Facebook y de todo lo que implica para mi en este momento. Buenas noches.